jueves, 15 de julio de 2010

" EBITDA"

Es un indicador financiero representado mediante un acrónimo que significa en inglés “Earnings Before Interest, Taxes, Depreciation and Amortization”. El EBITDA se calcula a partir del Estado de Resultados o Estado de Pérdidas y Ganancias de una empresa. Representa el margen o resultado bruto de explotación de la empresa antes de deducir los intereses (carga financiera), las amortizaciones o depreciaciones y el Impuesto sobre Sociedades. Este indicador se ha consolidado, en los últimos años, como uno de los más utilizados para medir la rentabilidad operativa de una empresa. Actualmente se utiliza mucho en la prensa económica el EBITDA como medida de la rentabilidad y a efectos de valoración de empresas.


El EBITDA tiene la ventaja de eliminar el sesgo de la estructura financiera, del entorno fiscal (a través de los impuestos) y de los gastos "ficticios" (amortizaciones). De esta forma, permite obtener una idea clara del rendimiento operativo de las empresas, y comparar de una forma más adecuada lo bien o mal que lo hacen distintas empresas o sectores en el ámbito puramente operativo. Desde este punto de vista, es un buen indicador de la rentabilidad del negocio. Es por eso por lo que el EBITDA se puso de moda al inicio de la época de la burbuja tecnológica. Entonces las empresas se lanzaron a compras desenfrenadas, mediante apalancamiento, sin importar mucho el precio, siempre excesivo, que se pagaba.
Este análisis ha recibido no pocas críticas. Ciertamente, en mercados crecientes y en expansión no es mala estrategia poner el énfasis en lograr crecer más o como mínimo igual que el mercado, a fin de poder tener una situación competitiva y estar entre los líderes del sector. Pero esto lleva, muchas veces, a crecer sin la suficiente rentabilidad y a poner a la empresa en una situación delicada ante cambios bruscos hacia coyunturas desfavorables. Por eso, algunos autores consideran que el EBITDA es una trampa de las empresas que no tienen buenos resultados y que debemos asegurar el futuro de la empresa con resultados reales satisfactorios (beneficio neto después de impuestos o cash flow) al mismo tiempo que ganamos participación en nuestro mercado.
Además de estas críticas, se han señalado otras advertencias respecto al EBITDA:
  1. Ignora los cambios en el capital de trabajo y sobrestima los flujos de caja en períodos de crecimiento del capital de trabajo.
  2. Puede ser una medida confusa de liquidez.
  3. No considera el monto de reinversión requerida.
  4. No indica nada acerca de la calidad de las utilidades.
  5. Utilizada por sí sola es una medida inadecuada para la adquisición de una empresa, utilizando valoración por múltiplos.
  6. Ignora la distinción en la calidad de los flujos de caja resultantes de políticas contables. No todos los ingresos constituyen caja.
  7. No es un denominador común si hay normas contables diferentes.
  8. Ofrece protección limitada si se usa en cláusulas de contratos de deuda (covenants).
En cualquier caso, el EBITDA se puede utilizar para comparar resultados, ya sea entre empresas (análisis horizontal) o entre la misma empresa en distintos períodos (análisis vertical), ya sea dividiendo dicho término entre la inversión realizada o entre las ventas hechas en un período.
Es importante tener en cuenta que el EBITDA no refleja el flujo de caja del negocio ya que no incluye la variación del capital de trabajo o de inversiones en activo fijo.

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